lunes, 26 de febrero de 2018

Facebook, la mariposa que se convirtió en oruga y quiere ahora volar otra vez

Mark Zuckerberg, que ha comenzado 2018 particularmente hiperactivo, anunció primero, y entre grandes alharacas, cambios en el “newsfeed”, donde en el futuro los posts de amigos y familiares tendrán más relevancia que las publicaciones de empresas y medios de comunicación. Y hace sólo unos días la red social se descolgó con otra novedad: la que concerniente a los medios locales, que serán privilegiados de ahora en adelante en Facebook.

En las últimas semanas ha habido muchísimos movimientos en Facebook, que parece haberse dado cuenta de que necesita urgentemente un “lifting”. La red social, a la que en los últimos tiempos se la ha visto acompañada de muy malas compañías (las “fake news”), está decidida a apostar por la comunidad y el “user generated content”.
Iniciado como un proyecto estudiantil rebosante de hormonas, Facebook se ha convertido en una de las empresas más grandes y más exitosas del mundo. El mito en torno a la historia de tan fantástico y lucrativo invento es tan fascinante como terriblemente banal. Si creemos a pies juntillas en lo relatado en la película The Social Network, Mark Zuckerberg y sus colegas querían, cuando inventaron Facebook, tirar la caña a las chicas de la universidad (y poco más). Y lo cierto es que parapetándose detrás de un perfil virtual, muchos aumentaron de manera absolutamente meteórica su número de “ligues” con la inestimable ayuda de Facebook.
Sin embargo, y con una simiente tan superficial y aparentemente débil, Facebook logró convertirse poco a poco pero sin pausa en un imperio de 500.000 millones de dólares.
Aun así, y pese a que Facebook puede seguir presumiendo de ser la red social más grande del mundo, el resplandeciente brillo que acompañó a la criatura de Zuckerberg en sus inicios se ha desgastado inevitablemente con el paso del tiempo (que jamás perdona).
Facebook no es ya esa web “cool” de la que todo el mundo habla y en la que parece absolutamente impensable no estar. Desposeída de la purpurina que la impregnaba en el pasado, la red social está obligada ahora a convencer a sus usuarios de que su producto es realmente valioso y de que merece la pena invertir allí el tiempo. Sin olvidarse tampoco de los anunciantes, para los que Facebook debe seguir siendo una plataforma publicitaria atractiva (y digna de sus presupuestos).
¿El problema? Que en los últimos años Facebook parece haberse olvidado de sus usuarios para poner todo en el acento en los anunciantes. Y ese precisamente ha sido su error garrafal, denuncia Johst Klems en un artículo para Horizont.
Facebook dejó de ser ese lugar donde la gente, echando mano de su voyeurismo más acendrado, indagaba en las vidas ajenas (las de sus amigos y conocidos en realidad) para convertirse en una plataforma llena hasta la bandera de noticias (muchas veces falsas) y de publicidad.
En los últimos años Facebook dio un giro de 180 grados a su producto, que dejó de ser una red social para convertirse en otra cosa, una suerte de puerta de acceso a la red de redes. Algo que no tiene en realidad nada de malo (a priori) pero que dejó tirados en la cuneta a los que hicieron de Facebook un fenomenal éxito: los usuarios.
Sintiéndose desatendidos por la red social, los usuarios prefirieron refugiarse en otras plataformas 2.0 (Instagram, por ejemplo) para relacionarse con sus amigos y familiares. Y Facebook, pese a su monstruoso número de usuarios, se convirtió sobre todo y ante todo en una plataforma desde la que sumergirse en ese océano de aguas procelosas que es internet.
Facebook se olvidó en los últimos tiempos de que era una red social y ahora, consciente de que ese olvido ha sido para ella un pecado mortal, quiere volver a poner el acento en los contenidos privados y no cargar las tintas tanto como hasta ahora en la publicidad.
Los cambios anunciados recientemente por Facebook son una buena noticia para los usuarios y una (por lo pronto) bastante mala noticia para la industria publicitaria. Si en el futuro hay menos emplazamientos publicitarios en la red social, se encarecerán también lógicamente los precios. No obstante, si el usuario redescubre en el nuevo Facebook a la red social que le enamoró hace unos años, invertirá también más tiempo y de más calidad en esta plataforma, donde los emplazamientos publicitarios volverán probablemente a pegar el estirón, aventura Klems.
En el nuevo “newsfeed” de Facebook tendrán más protagonismo las noticias procedentes de medios locales, que ayudarán a estrechar los lazos entre usuarios y procurarán en último término a la red social mayores dosis de credibilidad y autenticidad (las mismas con las que la red social parecía enemistada últimamente).
Los cambios anunciados por Zuckerberg son no sólo adecuados sino también inevitables. Habrá que ver si el usuario es o no rencoroso y perdona a Facebook por haber cometido la osadía de dejarle en la estacada durante tantísimo tiempo.
Puede que Facebook pueda presumir actualmente de ser la plataforma más grande de internet, pero lo cierto es quefunciona mucho mejor como la red social más grande del mundo, concluye Klems.

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