Instagram prosigue con su escalada hacia la gloria que la historia tiene reservada para los grandes éxitos de las redes sociales, como su hermana mayor Facebook. Ya son más de 700 millones de personas las que se conectan cada mes a esta plataforma de imágenes, vídeos e historias fugaces, el doble que hace apenas dos cursos. ¿Quieren una comparación pasmosa? Es dos veces la cantidad de usuarios de que puede presumir Twitter.
Se trata de un crecimiento envidiable no ya por la cifra de infarto, sino también por la velocidad cada vez mayor a la que crece su base instalada de usuarios. Y es que, en cualquier red social con seis años y media de vida, lo normal sería que viéramos alguna señal de ralentización: nada más lejos de la realidad.
Hagamos algo de memoria. Instagram fue lanzada en octubre de 2010 y no logró su primer centenar de usuarios activos hasta 28 meses después, en febrero de 2013. Pasaría otro año más hasta sumar 200 millones de consumidores, mismo curso en que se alcanzaron los 300 millones. Ya en 2015 conocimos que Instagram superaba la barrera de los 400 millones, en verano de 2016 llegaron los 500 millones y, seis meses después, en diciembre de 2016, se anunciaba la última cifra disponible hasta hoy: 600 millones de clientes activos cada mes.
Entre ese hito y el de hoy han pasado apenas cuatro meses, lo que demuestra lo rápido que esta app se está volviendo popular en nuevos mercados mientras mantiene el interés en los países donde está más consolidada: de 28 meses para sumar 100 millones de usuarios hemos pasado a 13 meses, 9 meses, 6 meses y, ahora, los mencionados 122 días.
¿Cuál es el techo de Instagram? Nadie puede responder a esa pregunta, pero parece relativamente seguro aventurar que esta red social podría superar pronto la barrera de los 1.000 millones de usuarios activos al mes. Un paso que ya han dado la propia Facebook (1.800 millones), Facebook Messenger (1.200) o WhatsApp (1.200).
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